IPC acumulado del año: 4,74%.
El reporte del DANE ubicó la inflación anual en 5,51% en octubre, con una variación mensual de 0,18% y un acumulado del año de 4,74%. Para las empresas, el dato redefine estrategias de precios, costos y caja de cara al cierre de 2025 y a las negociaciones de 2026.
El mix de inflación favorece a sectores intensivos en competencia de datos y telecomunicaciones, donde información y comunicación avanza apenas 0,69% anual. En contraste, negocios de alimentos preparados y hospitalidad enfrentan mayor presión: restaurantes y hoteles suben 7,61%, reflejando arriendos, servicios públicos y nómina.
En educación (7,34%), proveedores de servicios formativos, colegios y universidades ajustan tarifas con rezagos, condicionando contratos con familias y empresas. Para los sectores que compran capacitación o educación continua, conviene negociar paquetes anuales y revisar cláusulas de indexación.
La canasta de alimentos (6,64%) sigue heterogénea: perecederos más estables y procesados con costos logísticos elevados. Para retail y consumo masivo, esto implica reforzar marcas propias, acuerdos de volumen y logística de última milla para proteger margen sin perder rotación.
Con la tasa de referencia en 9,25%, el costo del capital se mantiene exigente. Finanzas corporativas priorizan flujo de caja, refinanciaciones escalonadas y coberturas cambiarias selectivas. La tasa real positiva sugiere prudencia en apalancamiento y un sesgo a inversiones con retorno rápido.
En pricing, las compañías migran a esquemas dinámicos: escalas por canal, bundles y descuentos condicionados a recurrencia. La clave es segmentar clientes, medir elasticidades y evitar aumentos planos que erosionen volumen. En restaurantes, proliferan menús ejecutivos y promociones contra-horarias.
Los contratos 2026 deben revisar la cláusula de indexación. La recomendación de los analistas es referenciar canastas subyacentes o acuerdos con topes y bandas, en lugar de trasladar 1:1 la inflación pasada. Esto reduce litigios y hace más predecible el costo de largo plazo.
En talento, el reto es conciliar ajustes salariales con productividad. Bonos variables, horarios flexibles y capacitación focalizada ayudan a sostener la motivación sin disparar costos fijos. En sectores de servicios, la gestión de turnos y la automatización ligera alivian la presión de la nómina.
A nivel regional, las diferencias de tarifas y arrendamientos abren oportunidades de nearshoring interno: mudar operaciones no críticas a ciudades con costos menores, manteniendo ventas en capitales. La digitalización de back office es un habilitador clave.
Hacia 2026, el escenario base es de convergencia lenta. Para las empresas, esto se traduce en disciplina de inventarios, capex selectivo y campañas comerciales orientadas a valor más que a precio. La ejecución fina será la diferencia entre proteger margen o ceder participación.
Gremios de restaurantes y hotelería reportan márgenes estrechos y mayor sensibilidad a promociones. Retail observa consumidores que migran a presentaciones pequeñas y marcas propias. Proveedores educativos anticipan negociaciones más largas con empresas y hogares.
Desde el mercado financiero, se espera que la autoridad monetaria mantenga una comunicación prudente mientras evalúa la subyacente. Bonos indexados a inflación siguen atractivos para portafolios defensivos, aunque con menor upside si la convergencia se acelera.
Con el 5,51% anual y una tasa real elevada, 2026 exigirá precisión en precios, contratos y capital de trabajo. Quien ejecute con datos y microsegmentación navegará mejor el entorno.