Consumo y sector público lideraron; inversión y sector externo, tareas pendientes.
Colombia registró un crecimiento de 3,6% en el tercer trimestre de 2025, con un PIB acumulado de 2,8% a septiembre, según el DANE. Para el tejido empresarial, el dato confirma mejoras en ventas y actividad de servicios, pero también deja alertas sobre inversión, construcción y balanza externa.
En la oferta, administración pública, educación y salud lideraron el avance con un desempeño cercano a 8%, mientras el bloque de comercio, transporte, alojamiento y comida creció 5,6%, apuntalado por mayor movilidad y demanda de bienes durables. La manufactura avanzó 4,1% con mejor programación de producción.
Los rezagos se concentraron en minería (-5,7%) y construcción (-1,5%), que restaron dinamismo. Para las empresas de insumos, cemento y acabados, la señal es clara: la recuperación de obra será determinante para amplificar el rebote en 2026.
Por el gasto, el consumo final subió 5,7% y la formación bruta de capital 2,2%. El sector externo restó al crecimiento porque las importaciones (+10,0%) superaron a las exportaciones (+2,2%). Para el comercio exterior, la prioridad será diversificar ventas y ganar competitividad logística.
¿Qué significa esto para los negocios? Primero, un entorno de demanda interna más firme en retail, transporte, hotelería y servicios a hogares, con oportunidades tácticas en promociones, rotación de inventarios y experiencias. Segundo, un llamado a recomponer inversión hacia maquinaria y equipo y proyectos productivos de rápida ejecución.
En financiamiento, la mejora del ciclo, junto con una inflación más contenida, abre la puerta a condiciones de crédito gradualmente más favorables; no obstante, las empresas aún monitorean costos financieros y tipo de cambio. La coordinación entre política fiscal, monetaria e infraestructura será clave para reducir riesgos.
Comparado con la región, el 3,6% deja a Colombia entre los mejor librados del trimestre en el ámbito OCDE, pero con una composición menos balanceada: el gasto público pesa más que la inversión privada y el impulso exportador. Sostener el crecimiento exigirá certidumbre regulatoria y seguridad jurídica.
Desde los gremios, se celebró el dato y se advirtió sobre la sostenibilidad del repunte si no se recupera construcción y exportaciones. Firmas de análisis ven espacio para que 2025 cierre por encima del 2,8%, condicionado a un cuarto trimestre estable.
El 3,6% es una buena noticia para cajas registradoras y flujos de caja, pero el verdadero termómetro será la inversión y la obra en 2026. Si la economía logra rotar desde el impulso público hacia motores privados y externos, el repunte podrá consolidarse.