Guaviare concentra los eventos de mayor letalidad reciente.
Entre 2019 y 2025 se han documentado siete bombardeos con al menos 25 menores muertos en Colombia. La serie inicia en Caquetá y se intensifica en Guaviare y la Amazonía durante 2025. La línea de tiempo y el mapa permiten comprender la densidad del fenómeno y orientar cambios operacionales.
El punto de inflexión más reciente fue el 10 de noviembre de 2025 en Itilla-Calamar (Guaviare), con siete menores muertos. Medicina Legal confirmó 15 muertes de menores por bombardeos en 2025. La consolidación histórica alcanza 25 desde 2019.
Desarrollo
2019 — San Vicente del Caguán (Caquetá): bombardeo contra disidencias deja menores muertos; renuncia del ministro Botero.
2021 — Calamar (Guaviare): ataque aéreo contra campamento; se reportan adolescentes entre los fallecidos.
2021 — Litoral de San Juan (Chocó): operativo contra el ELN (alias “Fabián”) con menores muertos.
2025 — El Retorno (Guaviare): bombardeo deja 3 menores muertos.
2025 — Puerto Santander (Amazonas): operativo con 4 menores fallecidos.
2025 — Itilla-Calamar (Guaviare): el evento más letal del año, 7 menores muertos.
2025 — Arauca: se reporta al menos 1 menor muerto en otro ataque.
Concentración geográfica: Guaviare acumula tres eventos (2021, 2025×2), seguido de Amazonas, Caquetá, Chocó y Arauca. La selva densa, la dispersión de campamentos y el reclutamiento incrementan la incertidumbre operacional.
Comparado internacional: la ONU ha señalado que operaciones aéreas en contextos de grupos irregulares elevan riesgos para NNA. Prácticas como anillos terrestres, evacuación previa, drones térmicos y esperas operacionales han reducido daños en otros teatros.
Implicaciones jurídicas: el DIH obliga a probar distinción y precaución. La presencia probable de NNA demanda alternativas menos letales. La responsabilidad de mando alcanza a quienes ordenan y ejecutan el uso de bombas.
Gobernanza y control: el Legislativo tramita audiencias; Fiscalía y Procuraduría investigan; Defensoría emite alertas. Se proponen reglas públicas de enfrentamiento y un comité interagencial que evalúe riesgo de NNA antes de cualquier bombardeo.
Riesgos futuros: reacomodo de grupos, movilidad de reclutados y zonas grises entre población civil y estructuras armadas pueden repetir patrones sin cambios en inteligencia y tácticas.
El Ejecutivo anunció revisiones y defensa de la capacidad militar. Organizaciones civiles exigen verdad, justicia y reparación. Las Comunidades piden presencia social y prevención del reclutamiento como primera línea de seguridad.
El conteo de Medicina Legal continúa; nuevas identificaciones podrían ajustar cifras. La prioridad es no repetición mediante reglas claras y verificación robusta antes del uso de bombardeo.
La cronología de siete bombardeos y 25 menores interpela la manera de hacer la guerra. La reforma de protocolos, el fortalecimiento de la inteligencia humana y la prevención serán el verdadero medidor de cambio.