Dos vehículos interceptaron el carro; los captores huyeron hacia el norte del Cauca.
La noche del martes, el equipo de Miguel Ayala dejó Popayán con destino al aeropuerto de Cali para tomar un vuelo nocturno a Bogotá. El traslado se hizo en un vehículo de plataforma, práctica frecuente en itinerarios entre ciudades cuando no hay acompañamiento de escoltas.
Alrededor de las 8:45 p. m., en la vereda El Túnel (Cajibío), sobre la vía Panamericana, el carro fue cerrado por dos automotores. Hombres armados descendieron y obligaron a detener la marcha en un punto rural con vías de escape hacia el norte del Cauca.
Los captores se llevaron a Miguel Ayala y a su tour mánager, Nicolás Pantoja. El conductor fue dejado en el sitio; minutos después informó a las autoridades que “se lo habían llevado”, activando de inmediato el protocolo de búsqueda y la presencia policial en el corredor.
Patrullas y grupos especializados revisaron cámaras de comercio, peajes y posibles pasos informales. Paralelamente, se solicitaron datos de antenas y trazas de dispositivos para reconstruir la ruta de huida.
En ese segmento de la Panamericana operan estructuras de disidencias de las FARC, entre ellas Jaime Martínez y Dagoberto Ramos. Días antes, cerca de allí, fue atacado un vehículo oficial, lo que ya había encendido alarmas sobre el riesgo en el tramo.
No hay autoría confirmada. La hipótesis extorsiva es una línea de trabajo, sin descartar intencionalidad de control territorial. La reserva informativa protege detalles que puedan comprometer la ubicación de las víctimas.
Giovanny Ayala y familiares pidieron prudencia y respeto: menos especulación en redes y más colaboración con información verificable. La instrucción es evitar publicar datos sensibles que perjudiquen la operación.
La Policía y el Gaula reforzaron controles en entradas y salidas de Cajibío, y coordinaron con autoridades del Valle del Cauca ante un posible traslado. Se evalúa ofrecer recompensa para incentivar información confiable.
El hecho afecta planes de concierto y logística de giras. Promotores revisan cambios de horarios, caravanas y protocolos de seguridad privada, especialmente en rutas nocturnas del suroccidente.
La investigación se centra en el cruce de evidencias tecnológicas y testimonios directos. Las próximas 48–72 horas son decisivas para ubicar trayectos, puntos de parada y eventuales colaboradores.
Mensajes de solidaridad de colegas del género popular, promotores y público han inundado redes. Autoridades regionales piden coordinación interinstitucional para garantizar el tránsito seguro en la Panamericana.
El caso podría detonar operativos sostenidos en el corredor Popayán–Cali y un plan de inteligencia focalizado contra estructuras que controlan tramos rurales. También presionará inversiones en tecnología vial y protocolos con apps de transporte.
La cronología del caso deja claro que el riesgo en la Panamericana no es coyuntural. La meta inmediata es el regreso con vida de los retenidos y, en paralelo, cerrar la puerta a hechos similares en el corredor.