Lo que determinó la Sala Plena y los próximos pasos.
El 20 de noviembre de 2025, la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia eligió a Francisco José Ternera Barrios como presidente para completar el periodo de 2025. El movimiento se produjo tras la finalización del periodo del magistrado Octavio Augusto Tejeiro Duque.
El relevo, habitual en la arquitectura de la Corte, confirma que la presidencia funciona como pieza de coordinación y no como órgano que define el sentido de los fallos. Estas son las claves temporales y los datos del cambio.
Antes del 20 de noviembre: la Corte afrontaba cierre de año con expedientes de alto impacto en lo civil, agrario, penal y laboral. La presidencia de Tejeiro mantenía énfasis en transparencia y comunicación institucional.
20 de noviembre, mañana: la Sala Plena se reunió en Bogotá para formalizar el relevo. En la agenda figuraba la designación del nuevo presidente, usualmente entre magistrados en ejercicio y con ponderación de cargas y experiencia.
20 de noviembre, mediodía: se anunció la elección de Francisco Ternera, integrante de la Sala de Casación Civil, Agraria y Rural. El magistrado cuenta con trayectoria académica y experiencia arbitral, además de labores previas como conjuez.
20 de noviembre, tarde: la corporación comunicó la continuidad administrativa y la coordinación de la agenda jurisdiccional, enfatizando que los procesos siguen su curso sin alteraciones en ponencias ni competencias.
Perfil en cifras: Ternera suma varios años en la Corte desde su llegada en 2020. Su enfoque ha orbitado el derecho privado y la formación de juristas. La presidencia concentra tareas de gestión, representación y vocería.
Agenda de cierre 2025: organización de sesiones de Sala Plena y de Gobierno; seguimiento a metas de trámite; preparación de transición a 2026 con inventarios de procesos y prioridades operativas.
Lo que viene en 2026: elección ordinaria de presidencia para el nuevo año judicial, conforme a prácticas internas y búsqueda de consensos. La rotación periódica apunta a evitar personalismos y promover contrapesos.
Comparación regional: altas cortes de la región aplican esquemas de presidencias breves y rotativas, que exigen ajustes rápidos y equipos técnicos sólidos para sostener productividad y comunicación.
Impacto institucional: la llegada de Ternera no modifica competencias, pero sí define estilo de liderazgo y tono de la vocería ante Gobierno, Congreso y opinión pública, clave para la confianza en la justicia.
Balance preliminar 2025: pese a la presión de expedientes y debates públicos, la Corte preservó cohesión y procesos previsibles. El relevo confirma esa línea de continuidad y prepara el terreno para el siguiente ciclo.
Expertos consultados resaltan que un liderazgo sobrio y técnico facilita cierres de año sin sobresaltos, sobre todo cuando hay alta demanda de decisiones. Litigantes y gremios esperan señales de agilidad en trámites y comunicación clara de fallos.
En el ámbito político, se proyecta una relación respetuosa y autónoma con las otras ramas, con la Corte reafirmando su papel como intérprete final del derecho ordinario y como referente de seguridad jurídica.
Con Francisco Ternera en la presidencia, la Corte Suprema asegura un tránsito ordenado hacia 2026, manteniendo el foco en gestión, claridad y cohesión. La hoja de ruta: eficiencia interna y vocería prudente.