Reportar a tiempo y no manipular: dos acciones que salvan evidencias.
El hallazgo de restos humanos en el centro de Bogotá volvió a poner en primer plano el papel del ciudadano ante situaciones de alto impacto. La alerta de un reciclador permitió activar a tiempo a la Policía y preservar evidencia en la carrera Décima con calle Quinta. A partir de este caso, autoridades comparten pautas de reporte y autocuidado.
Lo primero es no manipular bolsas, paquetes ni objetos que generen sospecha. Cualquier intervención puede destruir huellas o transferir rastros que alteren el análisis forense. La recomendación es tomar distancia, anotar hora y lugar exacto, y realizar la llamada al 123 o al cuadrante.
Si el hallazgo ocurre en una zona con cámaras privadas, es clave resguardar las grabaciones y evitar su borrado automático. Comerciantes y administradores de parqueaderos, hoteles o locales pueden aportar metadatos de gran valor: rangos horarios, placas visibles y patrones de movimiento.
En ningún caso se deben tomar fotografías cercanas ni compartir en redes sociales detalles explícitos de la escena. Además de afectar a posibles familiares de la víctima, la difusión descontextualizada entorpece el proceso judicial. Las autoridades insisten en remitir el material directamente a los investigadores.
Para transeúntes y trabajadores del sector, se sugiere delimitar de manera preventiva el área con señales visibles —sin invadir la escena— hasta que lleguen las patrullas. También se recomienda informar a otras personas para que modifiquen su ruta y evitar aglomeraciones alrededor del punto.
En materia de seguridad personal, conviene mantenerse en grupo cuando sea posible, priorizar rutas iluminadas y reportar personas o vehículos con conductas inusuales. La cooperación organizada con frentes locales de seguridad aumenta la capacidad de reacción sin exponerse.
Una vez llega la Policía, el testigo puede relatar con precisión lo que observó: hora, clima, olores, ruidos, dirección de personas que se alejaron. Cada detalle ayuda a reconstruir la línea de tiempo. Si se cuenta con grabaciones, se deben entregar copias manteniendo el original.
Las autoridades recordaron que el caso de Santa Fe incluye dos puntos de hallazgo a corta distancia, lo que sugiere traslado y abandono en franja nocturna. Por ello, la vigilancia de corredores como la Décima y sus alrededores se reforzará, junto con la revisión de cámaras y rutas de residuos.
Para comerciantes del centro, es útil adoptar protocolos internos: responsable de cámaras, respaldo diario de videos y contacto directo con el cuadrante. Esta preparación evita pérdidas de información por sobreescritura y agiliza la entrega a criminalística.
Finalmente, la comunidad puede aportar a la protección de la dignidad de la víctima y de sus familiares: evitar especulaciones, no divulgar imágenes sensibles y remitir cualquier información verificable por canales oficiales. La empatía también preserva la investigación.
El caso continúa bajo reserva mientras avanzan peritajes de identificación y análisis de video. Con más colaboración ciudadana y medidas básicas de autocuidado, el centro de Bogotá puede ganar tiempo valioso para el esclarecimiento.