El cuerpo quedó en zona controlada por Rusia, sin acceso seguro.
Junio: Dariel Alonso Giraldo Morales, 39 años, exmilitar de Cimitarra (Santander), viaja a Ucrania y se enlista motivado por su experiencia y la expectativa de mejores ingresos para su hogar.
Julio–octubre: Se integra a tareas de trinchera y posiciones defensivas. En comunicaciones con su familia, expresa preocupación por las misiones asignadas y el uso intensivo de drones en la línea de contacto.
Inicios de noviembre: Según su entorno, Dariel solicita la baja por el riesgo creciente. La petición no prospera, de acuerdo con la versión familiar, debido a que era considerado personal valioso en su unidad.
16 de noviembre: Un ataque con drones impacta la posición donde estaba Dariel. La evacuación resulta inviable por fuego sostenido y cambios en el control del terreno.
Días siguientes: Mandos informan a la familia que el cuerpo quedó en zona controlada por Rusia, lo que impide su recuperación. Se confirma que no habrá repatriación, al no cumplirse las condiciones básicas de acceso, custodia e identificación.
La proliferación de drones FPV en Ucrania ha convertido las trincheras en objetivos frecuentes. Las rutas de extracción son atacadas, y el riesgo de nuevas bajas frena los intentos de recuperación de restos en caliente.
La repatriación de connacionales exige restos recuperables y certificación; sin ellos, las gestiones consulares no pueden avanzar. En escenarios bélicos, los intercambios humanitarios dependen de acuerdos puntuales que no existen en todos los sectores del frente.
En Santander se han registrado otros casos de connacionales muertos en el conflicto. La comunidad de Cimitarra organiza homenajes y apoyo a los deudos, mientras autoridades promueven acompañamiento psicosocial.
La cronología evidencia cómo la combinación de guerra tecnológica, terreno disputado y barreras legales deja a familias con duelos abiertos y sin posibilidades de despedida física.
Salvo un acuerdo humanitario que permita la recuperación, la familia de Dariel deberá construir su memoria con actos simbólicos y documentos civiles. Es un recordatorio del costo humano de un conflicto que no da tregua.