Arriendos y comida fuera del hogar, los rubros a vigilar.
La inflación anual de 5,51% en octubre llevó a Colombia al cuarto lugar en Latinoamérica. El dato confirma una tendencia al alza desde mediados de año y obliga a hogares y pequeños negocios a reorganizar su presupuesto, especialmente en arriendo, alimentación y deudas.
Mientras países como México, Chile, Perú y Ecuador operan con inflaciones más bajas, Colombia enfrenta una convergencia más lenta hacia su meta. En la práctica, eso significa que el costo de vivir y financiarse seguirá siendo exigente, al menos durante el arranque de 2026.
¿Dónde más se siente y cómo actuar?
Arriendo y servicios indexados. Si tu contrato se ajusta por IPC pasado, negocia una cláusula de tope o una actualización inferior al promedio con extensión de plazo. Para pymes, busca contratos no indexados o con bandas y revisiones semestrales.
Comidas fuera del hogar y mercado. Prioriza listas cerradas, marcas propias y compras al por mayor para productos no perecederos. Evalúa el costo de cocinar en casa frente a comer fuera: la diferencia puede ser relevante en la canasta mensual.
Crédito y deudas. Con tasas reales positivas, refinanciar a plazos más cortos puede reducir intereses totales. Evita cuotas variables indexadas; privilegia tasas fijas y compara el Costo Total del Crédito, no solo la cuota.
Servicios públicos y regulados. Revisa si hay subsidios o tarifas diferenciales por estrato y consumo. Pequeños cambios de hábito (horarios, eficiencia energética) ayudan a moderar la factura mensual.
¿Qué mirar en los próximos meses?
La negociación del salario mínimo definirá el ingreso de 2026 y el posible efecto de segunda vuelta en los precios. Para los hogares, todo aumento debe traducirse en ahorro programado o reducción de deuda; para pymes, en productividad y control de inventario.
El Banco de la República vigila la inflación subyacente. Si la convergencia es lenta, los recortes de tasa podrían ser graduales, sosteniendo el costo del crédito. Planea inversiones y compras financieras con un escenario de normalización lenta.
Con los vecinos desinflando más rápido, es probable que aparezcan ofertas en bienes importados de países con mejor ancla de precios. Compara precios internacionales y verifica costos logísticos antes de comprar en línea o programar viajes.
En sectores sensibles a insumos externos, las pymes pueden ganar competitividad si aseguran proveedores y costos con anticipación. La planificación de caja y la disciplina en gastos operativos serán clave para cerrar el año con liquidez.
Observa la trayectoria de alimentos, regulados y núcleo; sigue el calendario del Emisor y el resultado del salario mínimo. Si estos factores se alinean, la presión sobre el costo de vida puede ceder gradualmente en el primer semestre.
Sindicatos piden un incremento que recupere poder de compra; gremios advierten que un aumento por encima de la productividad elevaría la informalidad y frenaría nuevas contrataciones. La clave estará en un acuerdo que proteja el ingreso sin alimentar la indexación.
Para consumidores y pequeños negocios, la prioridad es caja y resiliencia: ajustar canasta, renegociar contratos, comparar créditos y reservar liquidez para choques. Quien anticipe, sufrirá menos el impacto.
Cerrar el año con un plan de presupuesto, metas de ahorro y control de deuda puede marcar la diferencia hasta que la inflación retome su convergencia. Decisiones informadas hoy valen más que ajustes de emergencia mañana.