Posible audiencia para protocolizar el acuerdo.
¿Qué anunció Mancuso? Que pedirá perdón y se retracta de señalamientos contra Álvaro Uribe, al afirmar que ahora “no le constan”.
¿Por qué ahora? La querella del expresidente elevó el costo de sostener afirmaciones sin prueba. La conciliación evita un litigio más largo.
¿Qué contiene la conciliación? Una rectificación inequívoca, disculpas y la afirmación de que no le consta la participación de Uribe en los hechos citados.
¿Se cierra el caso? Si hay acuerdo, se archiva esa controversia concreta. Pero no impide que otras investigaciones sigan si surgen evidencias independientes.
¿Afecta su papel de gestor de paz? Lo obliga a mayor consistencia y a sostener lo que diga con pruebas; una retractación mejora su exposición legal, pero cuestiona su credibilidad.
¿Qué gana Uribe? Capital político y refuerzo de su narrativa de “acusaciones sin sustento”. Además, un resultado favorable en estrados.
¿Y las víctimas? Reclaman que la verdad no dependa de coyunturas judiciales y exigen aportes verificables en todas las jurisdicciones.
¿Qué tiempos siguen? La revisión de la propuesta por la defensa de Uribe y la eventual audiencia para protocolizar el perdón.
¿Esto borra declaraciones previas? No. La retractación convive con el archivo del caso específico, pero no reescribe toda la historia judicial.
¿Qué mirar a futuro? Si la conciliación se firma, su texto exacto y alcance jurídico. Si se cae, el litigio prosigue.
La frase “no me consta” marca el eje de un cierre por conciliación que aún debe formalizarse. El desenlace depende del acta final.