El paquete incluye sostenimiento, repuestos y transferencia tecnológica
El contrato para 17 aviones Gripen con Suecia se convirtió en la compra pública más comentada del año. El presidente Gustavo Petro defendió la operación y negó “sobrecostos”, al tiempo que pidió a la UIAF publicar la trazabilidad de sus cuentas en medio de cuestionamientos políticos y ruido en redes sociales.
En términos financieros, los reportes sitúan el valor en aproximadamente €3.100 millones, cifra que en Colombia suele citarse como $16,5 billones al tipo de cambio vigente. La diferencia entre fuentes responde a la conversión de moneda y al alcance de rubros como mantenimiento, repuestos y formación, que el Gobierno califica como parte integral del paquete.
El perfil de pagos no ha sido divulgado en detalle, pero se espera que se distribuya en varios años, en línea con el calendario de entregas. Esto reduce picos de egreso y permite programar la caja del sector defensa, a la vez que se van cumpliendo hitos de fabricación, pruebas y aceptación de cada aeronave.
El Ejecutivo subraya que los offsets (compensaciones industriales) son un pilar para maximizar el retorno local: encadenamientos con proveedores, capacitación, proyectos tecnológicos y adecuaciones de infraestructura. Para que el beneficio sea real, expertos recomiendan fijar indicadores: porcentaje de contenido local, número de empleos, horas de formación y valor agregado en territorio.
En el plano de costos de ciclo de vida, la clave será la disponibilidad. Incorporar sostenimiento desde el inicio busca evitar experiencias previas donde el gasto de compra fue menor frente al costo acumulado de mantener flotas antiguas. Incluir repuestos y capacitación reduce incertidumbre, pero exige una gestión contractual estricta.
El debate político se alimenta de prioridades fiscales y coyuntura social. Críticos piden publicar el plan de pagos, el detalle de cláusulas de desempeño y el esquema de riesgos. El Gobierno insiste en que la FAC avaló técnicamente la elección y que hubo advertencias explícitas contra comisiones y prácticas corruptas en la negociación.
La comparación regional con Brasil muestra que los resultados industriales dependen de la gobernanza del programa: metas medibles, auditorías independientes y continuidad institucional. En Colombia, la oportunidad está en articular universidades, centros de I+D y empresas para capturar conocimiento y mejorar productividad.
En términos de impacto macro, el efecto fiscal neto será marginal si los desembolsos se escalonan y si los offsets generan valor en exportaciones o sustitución de importaciones de componentes y servicios. Sin embargo, la verificación independiente será indispensable para evitar que los compromisos se queden en intenciones.
El ruido por la vida privada del presidente y menciones a Verónica Alcocer añadió tensión. Al proponer que la UIAF publique sus cuentas, Petro buscó trasladar el foco a la transparencia y blindar la negociación frente a sospechas. La discusión continuará en el Congreso, donde se anticipan debates de control político.
Para el ciudadano, la pregunta central es si la inversión se traducirá en seguridad y oportunidades. La respuesta vendrá de indicadores públicos: cumplimiento de entregas, disponibilidad mensual de la flota, ejecución de offsets y formación de talento local. Sin esos datos, el programa será difícil de defender en la arena pública.
Sectores de oposición pidieron publicar anexos no reservados y un tablero en línea con el avance de metas. Analistas coinciden en que la transparencia financiera será clave para sostener la legitimidad y evitar ciclos de desinformación.
El oficialismo argumenta que el esquema de sostenimiento incluido mitiga riesgos de disponibilidad y que los offsets deben medirse por resultados y no por anuncios. En las próximas semanas, la presión se centrará en revelar cronogramas y KPIs del programa.
El éxito del contrato Gripen no se jugará solo en la pista: dependerá de datos públicos, auditorías y resultados industriales verificables. Si el Gobierno publica métricas periódicas, el debate fiscal bajará de revoluciones.