Colombia Humana, obligada a recomponer liderazgos de base.
Aunque personal, la renuncia de Mary Luz Herrán tiene lectura electoral. En plazas donde la Red Profunda consolidó el trabajo social, su salida puede mover apoyos y alterar la aritmética de alianzas.
Colombia Humana pierde una operadora territorial con ascendencia sobre liderazgos comunitarios. Para el Pacto Histórico, implica reemplazar puentes de confianza en municipios donde la organización depende de cuadros de base.
Herrán apuesta por una plataforma que priorice la participación desde abajo. Si logra convertirse en bisagra de liderazgos locales, competirá por capital político con segmentos del petrismo, tensionando el cierre de listas.
De cara a 2026, el riesgo para el progresismo es la dispersión: múltiples ofertas similares que fragmenten el voto. La oportunidad es forzar un rediseño institucional que incorpore a las bases y reduzca la discrecionalidad en avales.
A nivel nacional, la narrativa de “unidad” se validará en hechos: acuerdos programáticos, mecanismos de selección y respeto por las disidencias. La salida de Herrán funciona como prueba de estrés de ese relato.
Para la oposición, el episodio confirma la debilidad organizativa del bloque de Gobierno. Para independientes, es una chance de terceras vías en distritos donde el voto progresista es competitivo, pero no hegemónico.
La reacción del electorado femenino y de organizaciones sociales será clave. Si el caso se tramita con protocolos contra violencia política y reparación simbólica, el costo puede mitigarse; si se niega, crecerá el desgaste.
El calendario aprieta: sin definición de reglas y listas, los incentivos para desprendimientos aumentan. La ventana para recomponer se mide en semanas.
Colombia Humana activó contactos en territorios para sostener redes y evitar fugas. Dirigentes del Pacto buscarán compromisos de no agresión interna y hoja de ruta para selección de candidaturas.
Herrán, por su parte, prepara giras y encuentros temáticos con organizaciones sociales. Su objetivo es presentar un vehículo competitivo que interpela a la base progresista inconforme.
La política es movimiento. La renuncia de Mary Luz Herrán reacomoda el tablero y acelera definiciones. El margen de error del progresismo, en año preelectoral, es mínimo.