Mansión Llanogrande servía centro operaciones red extorsiva.
Un exclusivo condominio de Llanogrande, en el municipio de Rionegro, Antioquia, fue el escenario de un operativo que culminó con la captura de dos personas acusadas de liderar una red internacional de extorsión. La ciudadana rusa Julia Maydankina y el bogotano Hugo Ernesto Romero Páez operaban desde una lujosa mansión con piscina privada en una de las zonas más prestigiosas del Oriente antioqueño.
La operación, ejecutada por la Cuarta Brigada del Ejército con sede en Medellín y el CTI de la Fiscalía, representa uno de los golpes más significativos contra el cibercrimen en Antioquia. La pareja había convertido la región de Llanogrande, tradicionalmente asociada con tranquilidad y exclusividad, en el centro de operaciones de una organización que extorsionaba empresarios en cuatro países.
Durante al menos dos años, la red criminal funcionó desde territorio antioqueño sin despertar sospechas de las autoridades locales. La pareja había integrado perfectamente la vida social del condominio, proyectando imagen de empresarios exitosos mientras coordinaban extorsiones que afectaron rentas por más de 25 millones de dólares.
Llanogrande, reconocido como uno de los sectores más exclusivos del Oriente antioqueño, ha sido históricamente elegido por empresarios y familias tradicionales de Medellín como lugar de residencia. La presencia de condominios de alto nivel, campos de golf y clubes sociales hacen de esta zona un símbolo de estatus en la región. Precisamente esta reputación fue aprovechada por la pareja criminal para operar sin levantar sospechas.
La mansión donde fueron capturados se encuentra en uno de los condominios más costosos de Rionegro. Vecinos del sector manifestaron haber notado movimientos inusuales en la residencia, pero la cultura de privacidad característica de estas comunidades cerradas impidió que se reportaran formalmente las sospechas. La propiedad cuenta con amplios espacios, piscina privada y cancha de fútbol, características típicas de las residencias más lujosas del sector.
Registros consultados indican que Maydankina figura como propietaria de terrenos en la parcelación Colinas de Paimado, ubicada en la vereda El Tablazo de Rionegro, desde 2014. Esta zona, cercana al aeropuerto José María Córdova, ha experimentado un boom inmobiliario en la última década, atrayendo inversión tanto nacional como internacional. El lote habría sido utilizado para construir la vivienda donde operaban.
Por su parte, Hugo Romero también había establecido presencia inmobiliaria en Antioquia. Su empresa R&R Grupo Inmobiliario e Inversiones registra propiedades en el municipio de Concepción y en el sur de Medellín. Esta red de propiedades en diferentes municipios antioqueños facilitaba la imagen de empresarios legítimos con inversiones diversificadas en la región.
La Cuarta Brigada del Ejército, con jurisdicción en Antioquia, lideró el operativo de captura que involucró meses de trabajo investigativo. El general a cargo destacó la importancia de neutralizar organizaciones criminales que aprovechan la infraestructura tecnológica y la conectividad de la región para operar delitos transnacionales. Medellín y el Oriente antioqueño se han consolidado como centros tecnológicos, atrayendo también actividades criminales digitales.
La captura representa un mensaje importante para comunidades exclusivas de Antioquia. El caso demuestra que zonas tradicionalmente seguras y prestigiosas pueden ser infiltradas por organizaciones criminales que buscan operar desde lugares donde las autoridades ejercen menos vigilancia. Llanogrande, El Poblado, El Retiro y otras zonas exclusivas requieren mayor atención de inteligencia policial.
Autoridades antioqueñas continúan investigando si la pareja tenía cómplices locales que facilitaran el acceso irregular a información privilegiada. Se analiza la posibilidad de que empleados de empresas con sede en Medellín o la región metropolitana hayan colaborado con la red. También se investiga el origen de los fondos utilizados para adquirir las propiedades en Rionegro, Concepción y Medellín.
El caso pone en evidencia los desafíos de seguridad que enfrenta Antioquia ante la sofisticación del crimen digital. Rionegro, conocido por su aeropuerto internacional y desarrollo económico, debe fortalecer controles sobre inversión extranjera y actividades empresariales que podrían servir de fachada a operaciones ilícitas. La conectividad y ubicación estratégica de la región la hacen atractiva tanto para negocios legítimos como para organizaciones criminales.
Las autoridades antioqueñas trabajan en coordinación con fiscales especializados en cibercrimen para desmantelar completamente la red y recuperar activos adquiridos ilegalmente. Se espera que este operativo sirva como precedente para fortalecer la vigilancia en zonas exclusivas del departamento y mejorar los protocolos de verificación de nuevos residentes en condominios cerrados de Llanogrande, El Retiro y otros sectores prestigiosos del Oriente antioqueño.