Andes y Eje Cafetero impulsan escapadas cercanas y rutas por carretera.
El cierre de 2025 trae un patrón atípico, pero conocido: no habrá ‘puentes’ por Navidad y Año Nuevo al caer en jueves y no trasladarse. Para el turismo, el ajuste no elimina la temporada, la redistribuye. Las reservas se concentran en 24 y 31, con salidas sábados y retornos escalonados.
El Caribe (Cartagena, Santa Marta, San Andrés) reorienta su propuesta hacia paquetes de 2 noches con cenas de gala y experiencias de playa ‘day pass’. El foco es elevar el ticket promedio sin depender del arrastre del lunes, manteniendo ocupaciones saludables con inventario flexible y bloqueos cortos.
En los Andes y el Eje Cafetero, los viajes por carretera ganan terreno por costos y tiempos. Municipios como Villa de Leyva, Salento o Jardín apuestan por festivales de iluminación, ferias gastronómicas y reservas por noche con política de cambio. La proximidad permite entradas y salidas ajustadas al jueves festivo.
El Pacífico (Buenaventura, Tumaco, Bahía Málaga) trabaja con eventos de cultura local y naturaleza. Con conectividad aérea limitada, el reto es coordinar horarios y cupos de transporte, priorizando visitantes regionales que puedan moverse entre semana sin esperar un lunes festivo.
En ciudades capitales, el retail y la gastronomía intensifican promociones en 24 y 31, además de menús especiales y horarios extendidos. Los centros comerciales esperan picos vespertinos, mientras el e-commerce refuerza promesas de entrega para regalos de última hora.
Para aerolíneas y terminales, la foto es de picos marcados en la víspera y al día siguiente. Sin ‘puente’, la operación favorece la rotación rápida de flota y buses, con frecuencias adicionales jueves-noche y sábado-tarde. Las autoridades recomiendan compra anticipada y tiempos extra en aeropuertos.
El mercado laboral regional adopta esquemas mixtos: teletrabajo parcial el viernes, vacaciones colectivas en manufactura y turnos escalonados en servicios. La meta es sostener la productividad en la semana corta sin sacrificar ingresos de fin de año.
Comparativamente, diciembre de 2023 y 2024 mostraron que, cuando no hay lunes festivo, la demanda turística no desaparece: se desplaza a estancias más cortas y a experiencias intensivas en valor (cenas, tours urbanos, espectáculos). Para 2026, el puente de Reyes abrirá el ciclo con un descanso largo que parte del sector ya tiene en su mira.
La conclusión macro es que el consumo se concentra, no se contrae de forma uniforme. Destinos con oferta urbana, de eventos y de cercanía tienen mejores herramientas para sostener flujo sin ‘puente’, mientras los de larga distancia afinan su mix con tarifas flexibles y paquetes de valor.
Gremios hoteleros reportan expectativas estables con énfasis en noches clave; operadores de tours urbanos anticipan mayor demanda de experiencias cortas de alta calidad. Desde comercio, se espera mayor uso de compra en línea con retiro en tienda para sortear tiempos y tráfico.
Expertos laborales insisten en la importancia de acuerdos tempranos: licencias cortas, teletrabajo el viernes y claridad en recargos cuando corresponda. Una comunicación transparente evita cuellos de botella y protege la caja del negocio.
El mapa queda claro: sin lunes festivo, ganan la cercanía, la flexibilidad y la experiencia. Con calendario en mano, cada región ajusta la oferta para que el viajero no dependa de un ‘puente’ para disfrutar.