Lo que reportaron autoridades y familiares hora a hora.
Sábado 8 de noviembre, alrededor de las 7:40 p. m., un taxi descendió por una calle empinada del barrio La Sierra, en San Cristóbal. Según videos de seguridad, el vehículo perdió el control y arrolló a peatones antes de impactar contra una fachada y motocicletas estacionadas.
Pocos minutos después, vecinos alertaron a emergencias y comenzaron a asistir a las víctimas. En el lugar se reportaron once heridos: cuatro menores de edad y siete adultos, con politraumatismos y traumas craneoencefálicos de diversa gravedad.
8:00–8:20 p. m.: arribo de ambulancias y patrullas. Se estabiliza a pacientes con heridas visibles y compromiso neurológico. Dos menores presentan signos compatibles con trauma craneoencefálico severo y son trasladados con prioridad a hospitales del sur.
8:30–9:00 p. m.: ingreso a urgencias de los heridos. Personal médico activa protocolos de neurocirugía y UCI. Una bebé de cuatro meses es valorada por politraumatismos y permanece en observación.
9:00–10:00 p. m.: la Policía de Tránsito practica prueba de alcoholemia al conductor (56 años), que arroja grado II. El hombre es capturado en flagrancia y queda a disposición de la Fiscalía.
Noche del 8 y madrugada del 9 de noviembre: familiares confirman el diagnóstico de muerte cerebral en dos menores —identificados por parientes como Estefanía y Martín— y reportan que otros niños se encuentran en seguimiento clínico.
Domingo 9 de noviembre en la mañana: se conoce que el taxi de placas VDW626 registra comparendos previos por exceso de velocidad y por recoger pasajeros en sitio no autorizado. Ello alimenta el debate sobre alertas tempranas y seguimiento a reincidencias.
Claves del caso: once heridos; dos menores en muerte cerebral; conductor con grado II de embriaguez; captura inmediata; vehículo con antecedentes de tránsito. Los hechos reavivan la discusión sobre controles en fines de semana y gestión de riesgo en zonas residenciales.
Contexto de riesgo: fines de semana y franjas nocturnas concentran picos de siniestros urbanos asociados a alcohol y exceso de velocidad. En laderas con pendientes y cruces estrechos, el peatón es especialmente vulnerable. La Sierra reúne varias de estas condiciones.
Lo que sigue: la Fiscalía avanza con entrevistas, recolección de videos y dictámenes técnicos. La Secretaría de Movilidad evalúa intervenciones físicas y operativos focalizados. Colectivos ciudadanos piden medidas estructurales y sanciones ejemplares.
Vecinos de La Sierra solicitaron señalización reforzada, reductores de velocidad y presencia permanente de control. Organizaciones de víctimas insisten en tolerancia cero y pruebas aleatorias de alcoholemia en corredores residenciales.
Autoridades distritales anunciaron acompañamiento a familias y auditoría al historial del vehículo. Se prevén mesas técnicas para priorizar puntos críticos del sur de la ciudad.
La cronología del caso San Cristóbal deja una conclusión inequívoca: la mezcla de alcohol, velocidad y entornos frágiles cobra vidas. Una respuesta coordinada —judicial, urbana y cultural— es imprescindible para que no se repita.